CURIOSIDAD DEL MES: Las capeas de Trujillo en la Colección de Matilde Muro
16 de Julio de 2025
Hoy compartimos una pequeña selección de materiales recuperados de la colección Matilde Muro, custodiada por el CDIEX.
Entre las imágenes destacan instantáneas de reconocidos fotógrafos como Narciso Martínez, Emilio Vidarte y, en su mayoría, del fotógrafo amateur Ramón Espada.
Además del valioso testimonio fotográfico, la muestra se completa con un vídeo inédito de 1930, filmado en Trujillo por el propio Ramón Espada. En él, podemos observar a varias personas sorteando al toro, rodeadas de espectadores, algunos de los cuales siguen el encierro desde los balcones. La grabación concluye con una serie de escenas en las que varios hombres capeaban al toro en plena Plaza Mayor, durante las tradicionales capeas de carnaval de Trujillo.
A lo largo de los siglos, Trujillo ha sido escenario de numerosas fiestas populares, algunas de las cuales se mantienen vivas con gran vitalidad, como las celebraciones en honor a la Virgen de la Victoria o las Fiestas del Chíviri. Sin embargo, otras han desaparecido con el tiempo, bien por cambios sociales, económicos o por nuevas normativas. Uno de los festejos más recordados y que forman parte del imaginario colectivo trujillano son las capeas de Carnaval.
Durante décadas, los carnavales en Trujillo no solo destacaban por los disfraces, las máscaras y la música, sino también por un evento especialmente esperado por los vecinos: las tradicionales capeas. Estas consistían en la suelta de vaquillas o toros jóvenes en un recinto acondicionado, generalmente en la Plaza Mayor, que se transformaba en improvisada plaza de toros con gradas de madera y barreras.
Este espectáculo popular se caracterizaba por la participación directa de los mozos del pueblo, que saltaban al ruedo a recortar o torear a los animales con valentía en un ambiente festivo, desenfadado y marcado por el espíritu carnavalesco. No era raro ver a los participantes disfrazados o con atuendos típicos de la época.
Las capeas eran más que un simple acto taurino. Representaban un momento de unión vecinal, de participación colectiva y de exaltación de las costumbres populares. Como en muchas otras localidades de España, el toro era el centro simbólico de la fiesta, pero aquí se fusionaba con la irreverencia del Carnaval, creando un espectáculo único.
Con el paso del tiempo, y especialmente a lo largo del siglo XX, las capeas de Carnaval fueron perdiendo fuerza. Factores como:
Hoy en día, aunque ya no se celebran, muchos trujillanos mayores recuerdan aquellas capeas con nostalgia, como parte esencial de su juventud y de una forma de vivir la fiesta que hablaba de comunidad, valor y tradición.
Seguiremos compartiendo pequeñas pinceladas de la historia de nuestra región.
Puedes acceder al contenido en el siguiente enlace: Capeas en la Plaza Mayor.